"Si alguien reconoce que Jesucristo es el Hijo de Dios, queda íntimamente unido a Dios, como si fuera
una sola persona con Él". (1 Juan 4:15)
Su palabra es clara, este versículo no tiene mucho que explicar, pues lo dice como Él lo anhela. Que hermoso es ser uno con el Padre, que hermoso es poder aprender a percibir lo que Él quiere para nosotros (sus hij@s). Dios es tan bueno que a pesar de nuestra maldad Él quiere hablarnos, Él quiere intimidad con nosotros.
»"Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna". (juan 3:16)
¡Cuanto amor es el Padre! Es increíble como por cada uno de nosotros Dios da a Su único Hijo Jesús como sacrificio Santo y Puro para que nosotros nos podamos acercar confiadamente al trono de la gracia. Solo de pensarlo vuelan mis sesos, mi corazón se retuerce de gozo, solo al pensar que soy uno con Dios por seguir a Cristo.
Dios el Padre espera por nuestra llegada con una vestidura única (la sangre de cristo), con un anillo de poder y autoridad (el Espíritu Santo) y con una gran fiesta (vida eterna). Por eso mismo hoy te animo a tomar la decisión más importante de tu vida. Sigue a Cristo, cree y ten fe.
Jesús lo hizo por amor al mundo.
No importa de dónde vienes o a dónde vas, no importa si eres hombre o mujer, no importa si
has cometido el peor de los pecados, Él te acepta y quiere redimirte, quiere tocar tu corazón, quiere sanar tus heridas, quiere llamarte hij@. Si estas leyendo esto y nunca le has entregado tu vida a Cristo, mi Señor, esta es tu oportunidad para hacerlo! ¡Si te has alejado del camino y quieres reconciliarte con Dios es tu oportunidad para hacerlo! La palabra de Dios dice:
"Que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo". (Romanos 10:9)
Te invito a hacerlo, se uno con Dios. Repite conmigo mientras lees en voz alta esta oración, cree
mientras lo haces. Padre eterno, creador de todo el universo, creo y confieso que Jesús es el Señor de mi vida y creo de todo corazón que, tu Padre lo levantaste de los muertos. Te pido perdón por mis pecados, purifícame y lávame, has de mí una nueva creatura. Anhelo ser uno contigo Padre. Te entrego mi vida, mis sueños, mis planes, ¡todo lo que soy es Tuyo! Hoy, decido seguirte y nunca volver atrás. Gracias Señor por salvarme y darme vida eterna por medio de Jesús. Guíame en todo momento, enamórame de Ti y Tu palabra que es vida. Amen
Si hiciste esta oración te felicito. Su palabra dice que cuando un alma se entrega a Cristo hay una gran fiesta en los cielos. Recuerda que no estás solo, no tienes por qué pelear esta batalla tu solo, te animo a que busques una iglesia donde tú puedas crecer espiritualmente, un lugar donde se predique el evangelio. Si quieres que te aconsejemos un lugar puedes marcarnos y con gusto lo haremos.
Bienvenido a esta gran familia, Dios te Bendiga.